La sala hundida, o sunken living room, es una de las soluciones de diseño arquitectónico más emblemáticas para darle a un espacio abierto un sello de decoración exclusivo, donde la distribución juega con la altura para crear ambientes íntimos, confortables y de gran impacto visual. Un diseño especializado en interiores y exteriores asegura que esta estrategia no solo aporta sofisticación y confort, sino que transforma la manera en que vivimos cada rincón del hogar.
¿Dónde funciona mejor una sala hundida?
Su éxito está en adaptarse al contexto y al concepto de vida que busca cada proyecto.
- Espacios amplios o de concepto abierto: Aquí la sala hundida funciona como una frontera sutil para crear una zona de convivencia definida, sin necesidad de muros. Es ideal para lofts, villas de lujo o residencias actuales donde la distribución fluida garantiza un estilo de vida cómodo y lleno de luz.
- Terrenos con desniveles naturales: Al integrarse de forma natural al diseño arquitectónico, respeta la topografía y aprovecha la pendiente para darle un sello distintivo al hogar.
- Espacios pequeños o cerrados: Brinda intimidad y serenidad para usos como sala de lectura o cine en casa. Al cambiar de nivel, aporta profundidad y hace que la habitación parezca más amplia y acogedora.
- Terrazas y exteriores: Al aire libre, esta tipología ofrece un rincón perfecto para convivir alrededor de una fogata o contemplar la vista al mar en desarrollos junto a la playa, como en Isla Cortés.
Mejores prácticas de diseño
Para garantizar que esta área cumpla tanto en estética como en funcionalidad, hay que considerar:
- Incorporarla desde la fase de proyecto para garantizar un ajuste perfecto en estructura y drenaje.
- Añadir detalles de seguridad como escalones bien iluminados, barandales mínimos o bordes antideslizantes.
- Utilizar iluminación indirecta para acentuar la profundidad y convertirla en un foco de confort durante la noche.
- Elegir revestimientos contrastantes en pisos y escalones para destacar la delimitación sin muros.
Mobiliario ideal para una sala hundida
- Sofás empotrados o modulares para aprovechar toda el área, con cojines grandes y mullidos para darle calidez al ambiente.
- Mesas de centro bajas para no interrumpir la visibilidad.
- Alfombras amplias para acentuar la zona y brindar confort.
- Estanterías empotradas para organizar decoración y accesorios sin saturar.
Una sala hundida bien diseñada no solo aumenta la calidad de vida al generar un ambiente cómodo e íntimo, sino que aporta un sello distintivo al estilo de vida de cada familia. Si piensas implementarla en un proyecto cada rincón debe reflejar su personalidad, respetando la forma natural al diseño arquitectónico y convierta su hogar en un referente de confort, estilo y decoración.