Aunque atractivas, las zonas en crecimiento poblacional no están exentas de retos. Antes de comprar, hay que considerar varios factores clave.
Infraestructura incompleta
Muchas veces, estas zonas no cuentan todavía con servicios públicos completos como agua potable, drenaje, alumbrado público o pavimentación. También puede haber escasa oferta de transporte público.
Plusvalía incierta
El crecimiento poblacional no garantiza automáticamente un aumento en el valor del inmueble. Si hay oferta excesiva de viviendas o el desarrollo no avanza según lo proyectado, la plusvalía podría estancarse o incluso disminuir.
Problemas de saturación
Sin una planificación adecuada, el crecimiento puede desbordarse. Esto genera congestionamiento vial, falta de espacios públicos, deficiencias en la recolección de basura y servicios sobrecargados.
Falta de seguridad y regulación
La ausencia de vigilancia o de normas claras de urbanización puede dar lugar a asentamientos irregulares, vandalismo o robos. Esto afecta la calidad de vida y el atractivo del área.
Largo tiempo de consolidación
Si compras en una etapa muy temprana, podrías vivir rodeado de obras en construcción o terrenos baldíos durante años. Esto puede influir negativamente en tu experiencia cotidiana y en la reventa a corto plazo.
Dificultad para vender o rentar en el corto plazo
Si la zona no despega tan rápido como se espera, puede costar trabajo colocar tu inmueble en el mercado, afectando tu rentabilidad si adquiriste con fines de inversión.
Cambios inesperados en el uso de suelo
En algunos casos, las autoridades pueden modificar los planes urbanos, introduciendo proyectos comerciales o industriales que alteren la dinámica residencial.
Comprar una casa nueva en zona en crecimiento puede ser una gran oportunidad, pero también una apuesta. Antes de comprometerte, revisa bien los planes de desarrollo, la seguridad, la disponibilidad de servicios y consulta a expertos en bienes raíces.